Una Palabra viva



Como todo lo que escribo, esto es en primer lugar un recordatorio para mí. 

He perdido la cuenta de la cantidad de veces que he estado lidiando con algo, voy a la Palabra, realmente me sumerjo en ella, medito en ella, le oro al Señor con ella y lo que sea que agobiaba mi alma—no importa de qué se trata— se disipa como la neblina ante la luz del sol. Cada vez que sucede, en mi interior exclamo—y a veces se lo manifiesto a amigas—: ¡El poder de la Palabra de Dios! ¡Realmente ella es suficiente para todo! ¡En verdad cuando estoy ansiosa, quejándome, distraída, temerosa—o cualquier otro pecado— es porque en cierta forma me he alejado de ella! Y después me pongo la mano en la frente: «Es lo que piensas cada vez que te pasa, Massiel». ¡Bendito sea nuestro Señor que es un Padre infinitamente paciente y tierno! 

La última vez que pasé por esa «sorpresa», vino a mi mente este texto:
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
Amo los libros porque amo la lectura. Y existen muchos libros excelentes, impactantes, inolvidables. Sin embargo, la Biblia es el único libro vivo porque Su autor es Dios mismo, el Eterno, el Alfa y el Omega, el Gran Yo Soy. A menudo olvido que la Biblia es la revelación, las palabras de Dios, del Todopoderoso Creador del Universo y quien a través de Jesús también es mi Padre. La Biblia no es poca cosa ¡es poder de Dios! 

Hace unos años, escuché a un pastor hacer la siguiente afirmación antes de leer la Palabra de Dios al inicio de un sermón:

Una de las realidades que a menudo olvidamos, es que la Palabra de Dios no es simplemente información acerca de Él, la Palabra de Dios es Su instrumento de salvación y de santificación. La Palabra de Dios forma parte de Sus atributos, la Palabra de Dios es viva y eficaz y donde ella está, Dios está; donde ella va, Dios va. Así que mientras la leemos, recuerda que ella es un medio a través del cual la presencia de Dios se hace manifiesta; escucha la voz de Dios. Jeff Purswell, «Lejos del pecado y cerca de Dios», Conferencia Por Su Causa 2018 
Creo que mi asombro se debe a que olvido que la Palabra del Señor está viva, no es letra muerta en un libro; en ella mi Padre Celestial, quien me conoce y me ama, habla activamente. Y por eso ella es un poderoso instrumento de santificación, de hacerme más como Jesús. 

Su Palabra es viva y por lo tanto vivifica. Así que ven como estés: la Palabra es el fuego que vivificará, ubicará, guiará y limpiará tu alma porque es el medio por el cual nuestro Dios habla. Y nuestro Dios está vivo y sigue hablándonos. Escuchémoslo. 


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