Una verdad para el 2022

Para muchos, el final de un año trae consigo momentos de reflexión, los cuales se extienden a los primeros días del año que inicia. Y hay mucho, tanto en lo que meditar que puede llegar a ser abrumador, y es fácil quedarse pensando en lo mismo de siempre o en alguna tontería sin valor duradero, o incluso irse por las ramas y terminar planificando la lista del supermercado. 

En ese sentido, ayer me topé con una verdad que pienso que haría bien en llevar conmigo durante todo este año:

El que está sentado en el trono... me dijo: "Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega...  Yo vengo pronto, y Mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin" (Apocalipsis 21:5, 6; 22:13). 

Dios, quien por la sangre de Jesús es nuestro Padre, es el Principio y el Final, el sujetalibros a cada extremo de la vida. Todo lo que sucede en medio (1985, 2000, 2018, 2020, 2022, 2025...) ha sido enmarcado, decretado y controlado por Él; por Él que nos amó tanto que nos buscó y nos rescató, y nos sigue buscando en medio de los tropiezos, dolores y alegrías. 

Aunque ante una verdad como esa no queda mucho más por decir, tal vez Bonhoeffer nos ayude a discernir un atisbo de sus implicaciones:

Creo que Dios nos dará toda la fortaleza que necesitamos para resistir toda aflicción. Sin embargo, nunca la da por adelantado, no sea que confiemos en nosotros mismos en lugar de apoyarnos únicamente en Él. Una fe así debe calmar todos nuestros temores sobre el futuro. Creo que aun nuestros errores y limitaciones se convierten en bien, y no es más difícil para Dios tratar con estos que con nuestras supuestas buenas obras. Dios no es un destino atemporal, sino que por el contrario, Él espera y responde las oraciones sinceras y las acciones responsables. ¹ 

No tenemos idea de lo que cambiará en el 2022; por lo tanto, que en lo que sea que suceda, la verdad que nos acompañe en cada paso sea que nuestro Padre Celestial es el Alfa y el Omega, el inmutable Principio y Final de todos nuestros años, de toda nuestra vida y de todo el universo. 

1 Bonhoeffer, Dietrich. God is in the manger: reflections on Advent and Christmas. Louisville, KY. Westminster John Knox Press. 2007. ^↩